martes, 23 de noviembre de 2010

Cómo sólo ella sabe conseguir que hablen de ella

Seguia pensando en aquella chica de ojos negros, en sus dedos sujetando los pitillos, en sus labios dando cada calada, en su melena rizada ondeando con la suave brisa del mediterráneo, en el embriagador olor de ese pelo y el perfume de su piel, y lo guapa que estaba paseando a su lado por aquellas calles de Sans.
Paseos para recordar, momentos imposibles de llegar a aquel lugar donde dicen que habita el olvido. Magia desprendida en su caminar, sin mirar atrás. Alegría, es lo que soltaban los poros de su piel a bocajarro como insultantes para todo aquel amargado que no estuviese disfrutando del momento con su paseo.
Cualquier tipo de sentimiento rancio que guardase su alma desaparecía estando con ella, con su animada sonrisa, con su felicidad contagiosa.
Haciendo posibles cada una de sus locuras sin pensar en nada más, en las consecuencias, y demás.
Simplemente sin pensar. Y recordarla así, recostada en el suelo de la calle, frío y sucio, dejando que la gente la mire sin entenderla, pero a ella le da igual, no es importante lo que a cualquiera pueda rondarle por la cabeza tras contemplar esa imagen, solo es importante lo que él está pensando, y él la ve más bella, interesante, desconocida, inalcanzable, seductora y deseable que nunca. Como un sueño, el sueño de su existencia. Pues eso, que el pobre era incapaz de dejar de pensar en esa belleza catalana que no hacía mucho le había robado el corazón, y se lo tenía escondido y preso manteniendo intacto su frío sueño.

     Cómo sólo ella sabe conseguir que hablen de ella, con palabras que fluyen a bobotones, como sangre, de un corazón enamorado.

martes, 9 de noviembre de 2010

Sonrieme porfavor

Dejanos disfrutar de tu sonrisa, nunca prives al mundo de esa luz que ilumina hasta el pozo más profundo y la oscuridad más ominosa.
Vamos, preciosa, sonríe.
Haré lo que sea, todo lo que este en mi mano, pero sonríe.
Riete a carcajadas, contagiame tu risa, vamos a reírnos de todo, vamos a tomarnos a risa hasta ese desamor que te inunda los ojos en aguas saladas.
Nada puede evitar que sonrías, esa fuerza inagotable de tu risa. Que es capaz de alimentar cualquier motor, que da energía, que mueve el mundo, mi mundo. Ríe, ríe, ríe, y sonríeme. Siempre. Para que no olvide que a pesar de todo tu sonrisa me va a acompañar, para que recuerde que pase lo que pase siempre estará ahí para empujarme a seguir, para derrumbar mi mal día, mi angustia, mi dolor, y contagiarme esa risa. Para provocar mi carcajada de felicidad.

Regalame, esa maravillosa risa contagiosa que te caracteriza, preciosa.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Ella

Una vez puestos a pensar, ya no puede parar, su corazón sabe lo que quiere, quiere tantas cosas... su cabeza loca no lo pude aceptar, pero es una aventurera, valiente, y pronto... será capaz. No quiere hacer daño, no quiere ver esos ojos empañados. Y su dolor es aún más hondo. No ha sabido ser egoísta, y su corazón le pide tantas cosas... ¿Como se hace para no complacerlo? Quiere volar a las nubes, quiere disfrutar de su dulce algodón. Quiere verse de nuevo empujado por ese motor amor. Recuperar la ilusión, que ésta llene el vacío de cosquillas, que le robe una sonrisa a la razón. Quiere romper con la rutina y vivir algo en lo que ésta no tenga cabida. Que los buenos días  dejen de ser amargos.
Desea no arrepentirse, está dispuesto a tropezar las veces que haga falta, pero caminará y caminará y no se va rendir. Tiene ganas de luchar, de arriesgar, de volver a empezar, de cambiar y dejar de mirar atrás.
Pero es tan difícil confesar lo que el corazón grita y la mente se empeña en ocultar.
Y es tan difícil transformar un pensamiento en dolorosas palabras. Por mucho que le retuerza las tripas pensarlo, ya no pude continuar, ya no quiere continuar.
Ya no puede evitar que el corazón se salga con la suya. Quiere sonreirle y decirle que si. Consentido corazón mimado, ella va a mimarte todavía más.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Pequeña

Un sueño de muñeca bonita vestida de azul, mamá te ha obligado a ponerte vestidito, y tú, ansiosa de aventuras te arriesgas a mancharlo para obtener aquello que has visto y debe ser tuyo, pasando por encima de saxofones soprano, se esconde en el portal del juego del cielo del juguete robado. Ni muñecas ni carritos son para ti. Todo lo que necesitas es imaginación, poderosa imaginación. Con la que ves duendes azules, fumas cigarros de plástico con guantes sofisticados, a los que inventas boquillas que hacen que el humo no llegue a los pulmones, cigarros que se convierten en puros de boda en la que tu eras el novio, y te pones la pajarita y te arreglas con Nivea para tener la cara como el culito de un bebe. Inventas mil historias, en las que de vez en cuando hay un 30% de verdad. Desvaríos que tan solo tienen 8 primaveras, y que me cuentas mirándome con esos dos ojitos claros, tan bellos, hermosos y pequeños como los labios y la nariz que forman esa carita redonda, medio cubierta siempre por esa maraña de pelo rubio que no te dejas peinar.

Disfruta, pequeña, de esa sonrisa que nadie te puede quitar.