viernes, 5 de septiembre de 2014

Vuelta a antes de ti

Lo que necesito es volver
abandonándome al impulso de encontrar
lo que fui.

Lo que necesito es un café sin excusas,
y la mano de mi madre en la frente
una noche de esas que no tengo fiebre
pero me gustaría,
para tener una buena respuesta
a por qué me encuentro tan mal.

Me han dicho las nubes que a ellas no puedo volver,
no me aconsejan que me quieran tan alto, tan rápido;
no me aconsejan querer tan alto, tan rápido.

Pero.

Lo que necesito es llegar a casa
y que una rubia se me tire encima con un abrazo de esos
que duelen y pesan y te recuerdan que esa misma rubia
ayer tenía cinco años,
y aún sigue convenciéndonos a todos de que el tiempo escoge
por qué personas pasar,
y a ella no la deja crecer. 
Necesito llegar a esa casa de locos
dónde todo son consejos cuerdos
y nos hilvanan desde pequeños para formar parte
de ese grupo de personas que sobreviven al mundo,
aunque algunos se cosen mejor que otros.

Lo que necesito es mirar una vez más,
hacía atrás,
y volver a darme cuenta de que no es cierto
que estoy mal.
Soy la misma de siempre
y nunca dejé de serlo.
Mañana volveré a tener dieciocho años
porque yo el tiempo lo congelo cuando quiero
y es tan fácil como volver a aquél agosto
y contarme a mi misma que sí, que va a doler
y que no importa.

-No me malinterpretes,
tú me caes fatal
pero me sigue gustando lo que siento por ti.
Y eso es solo mío.
Y eso ya no te incumbe.-

Voy arrancándome las espinas
poco a poco
una a una
cada día.

No necesito
un final.

Lo que necesito no es despedirme,
ni cerrar los ojos para no ver (te).

Solo necesito volver,
repasar los hechos y aprobar
todo lo pendiente.

Ya he asumido que fue.

Por eso quererte es más fácil.
Porque te quiero como quiero
a las cosas que no existen;
sin ambición.

Lo que necesito es volver a antes de ti
después de ti,
como quien vuelve a creer en la magia
inventándola para otros,
como un padre que resucita a los reyes magos,
como quién lee su cuento favorito
a un niño por primera vez,
y se encuentra de nuevo en él.


Así,
seguro,
encontraré también las palabras en otros ojos.