Libres de juicios
prejuicios y reproches,
de imposiciones
egoísmos o envidias.
Libres de criticas
de censuras
de ausencias
de deconstrucciones
derrumbes y desastres.
Libres de abismos insalvables
o malentendidos.
Libres en sus pasiones.
Libres de traiciones
de engaños
de insidias.
Libres del tiempo,
que no las cambia.
Libres de sus miedos
y de otros que anulen su libertad.
Libres
y
leales.
Las de siempre
las de hace diez años
las de hace cuatro o las de hace dos;
las que jamás permitieron quedarse en el camino,
las que siguen jugando y jugándosela conmigo.
Las auténticas
las ciertas
las de verdad
y mi persona.
Las que son risa y vida y tiempo y naranja en los ojos,
las que me acompañan en los minutos que recojo
y los que no,
las que me encienden deseos en los labios
cuando cumplo años.
Ellas
las musas
las mías
las mejores.