domingo, 3 de abril de 2011

Enredandose en el dedo corazón

-Con ganas me quedo de decirle al viento que se joda mientras enredo uno de tus rizos alrededor del dedo corazón, que se joda porque por mucho que te revuelva el pelo, te roce y te sople jamás podrá tocarte como lo hago yo, jamás podrá disfrutar de tu olor, ese que él mismo esparce, jamás podrá deleitarse con el brillo de esos ojos, ni con el movimiento de tus pulmones cuando lo respiras, ni perder el tiempo simplemente mirando fijamente el movimiento de tu melena, de tus manos, de tus pestañas, de tus labios cuando hablas.
Deja que mueva tu pelo, que lo intente acariciar, que lo haga bailar alrededor de tu cara, y que se joda, que se joda el viento por no poderte tocar como lo hago yo...-
Allí queda ella, como el más bello de todos mis frios sueños, muda, quieta, pensando en quien sabe qué, increiblemente perfecta.